Cuando era chica veía como mi mamá se administraba con sobres:
Tenía un sobre para el súper, uno para las colegiaturas, vacaciones, servicios, etc, ahí iba guardando todo lo que ella estimaba o calculaba que se gastaría para cada cosa. Una vez que efectuaba los pagos, los registraba en un cuaderno y normalmente le sobraba dinero. Ese sobrante lo iba ahorrando o en el mejor de los casos, si mis hermanos y yo nos portábamos bien, nos depositaba una parte en nuestra cuenta de cheques de niños.
Este ejemplo de mi mamá influyó en como llevo mis finanzas hoy en día.
Empecé a administrarme y tomar un control responsable de mi dinero desde que estaba en preparatoria, que de hecho fue también cuando comencé a trabajar.
Mi mamá y la vida me hicieron consciente de los gastos que eran estrictamente necesarios y los que podía no hacer o debía dejar para después. Desde entonces hago mi presupuesto y sé cuánto y en qué puedo gastar al mes sin que se vea afectada mi cartera.
He aprendido que apegarse a un presupuesto es el primer paso hacia la independencia financiera, te ayuda a visualizar todos aquellos rubros en los que estás gastando y lo más importante, si le sacas jugo, podrás tener paz mental y obtendrás el máximo provecho de tu dinero.
Así que aprovecha este año nuevo para empezar con este hábito financiero, toma un lápiz y papel o abre un excel y empieza tu presupuesto, puedes comenzar con algo muy simple y rápido. Verás que con el tiempo tu mismo estilo de vida te irá exigiendo que lo hagas más detallado.