Síndrome de la impostora: conviértelo en tu motor para emprender

Emprendimiento
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¿Y si el miedo que sientes no fuera tu enemigo sino tu impulso? Tal vez has pensado: «¿Quién soy yo para emprender?», «¿Y si fracaso?» o «¿Y si no soy tan buena como creo?». 

Esa voz que te cuestiona, minimiza tus logros y te hace sentir que no eres suficiente se conoce como síndrome de la impostora. Y aunque suele percibirse como una barrera, también puede convertirse en el motor que necesitas para dar el salto hacia tu independencia financiera.

💰Del pasado al presente: lo que heredamos sobre el dinero

Durante gran parte de la historia, las mujeres no tuvimos acceso real a la toma de decisiones financieras. Ni cuentas bancarias, ni propiedades, ni siquiera la posibilidad de manejar nuestro propio dinero. Esa herencia pesa, y aunque hoy contamos con más libertades, seguimos cargando con la idea de que las finanzas no nos pertenecen del todo. 

Esa huella cultural es, en gran medida, la raíz de esa voz interna que nos hace sentir impostoras cuando hablamos de dinero, inversiones o negocios. Y lo más importante es que aún hoy la vemos reflejada en situaciones cotidianas como estas:

Al negociar tu sueldo
Piensas que estás pidiendo mucho, aunque tu preparación y experiencia lo respaldan por completo.

Al querer invertir
Dudas de ti misma y crees que ese terreno es masculino o que no estarás a la altura para sostener una conversación sobre finanzas.

Al emprender
Te emocionas con tu idea y das los primeros pasos, pero en lugar de celebrar tus logros, sientes que estás improvisando y temes que alguien lo note.

Al manejar tus finanzas personales
Tienes disciplina y constancia, pero aun así te preguntas si lo estás haciendo bien porque creciste sin modelos femeninos claros o porque los que conoces parecen haber llegado al éxito de la noche a la mañana.

🤓 La psicología detrás de la voz que te limita

Como ves, esas dudas no surgen de la nada. Son el eco de generaciones en las que se nos enseñó a callar, a depender o a dudar de nuestras capacidades financieras. Lo interesante es que, desde la psicología, el síndrome de la impostora explica justo este fenómeno. Donde no pones en duda tu talento ni tu esfuerzo, lo que pones en duda es tu derecho a sentirte capaz y merecedora de tus logros.

Por eso, cuando llega el momento de hablar de dinero o tomar decisiones importantes, aparece esa voz crítica. Pero aquí está el giro, esa misma incomodidad que hoy te frena puede convertirse en la energía que te empuje a crecer, a prepararte mejor y a emprender con más estrategia.

Si quieres profundizar en cómo el dinero y las emociones influyen en tus decisiones, te recomendamos escuchar el Episodio 03 de nuestro podcast Claramente. En esta conversación, Brenda Galván, psicóloga y creadora de Aprender a fluir, comparte de manera sencilla y práctica cómo estas dos fuerzas se entrelazan y marcan nuestra relación con las finanzas.

💡Cómo usar el síndrome de la impostora para emprender

Ya entendiste que esa voz no aparece por casualidad y que es una mezcla entre historia, cultura y psicología. Pero lo más poderoso es que ahora puedes canalizarla a tu favor. ¿Cómo? Te lo contamos aquí:

Reconoce la voz, pero no te identifiques con ella
La impostora no eres tú, es solo un reflejo de creencias heredadas. Al separarla de tu identidad, puedes empezar a verla como un recordatorio de que te estás retando a crecer.

Convierte la autoexigencia en preparación
En lugar de dejar que la duda te paralice, úsala como brújula para investigar, armar presupuestos, validar tu idea y planear. Así ese miedo que sientes podrás transformarlo en una estructura sólida para tu negocio.

Celebra avances pequeños, no solo grandes metas
El síndrome de la impostora suele minimizar logros. Cambia la narrativa y reconoce cuando se interesa en tu producto, cuando cierras tu primera venta o cuando defines el enfoque de tu comunicación en redes. Todo cuenta.
Rodéate de una red que te sostenga
Compartir experiencias con otras mujeres que emprenden te ayuda a normalizar la duda y a encontrar soluciones prácticas. Un círculo de apoyo puede convertirse en tu laboratorio de ideas y motivación.

Redefine lo que significa el fracaso
La impostora teme ser descubierta en un error. Dale la vuelta y piensa que cada tropiezo es un nuevo aprendizaje y que, además, es parte natural de emprender. Si lo integras como parte del proceso, la presión se reduce y tu resiliencia crece.

Haz de tu proyecto un espejo de tu voz
Cuando tu emprendimiento refleja lo que realmente crees y valoras, la impostora pierde fuerza y tu lado más auténtico se convierte en el mejor diferenciador dentro del mercado.

En esencia, emprender no significa luchar contra ti misma, sino aprovechar esa voz incómoda como un recordatorio de que te atreves a construir algo nuevo.

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