3 métodos para un presupuesto compartido

Lectura 5 min

Compartir las finanzas puede ser aterrador 😣pero también muy emocionante. Depende del cristal con que se mire. En cualquier caso que nos toque compartir presupuesto, ya sea con un roomate, tu familia o tu pareja, es indispensable tener un método de administración aceptado por todas las partes. 

Mi primera vez compartiendo presupuesto fue con una roomie a los 18 años, el dinero a administrar era poquito y al principio no consideramos que fuera necesario tener ningún tipo de sistema, gastabamos cuando podíamos, lo que podíamos, pero pronto nos dimos cuenta que esto no funcionaba. 

Mi siguiente experiencia fue con mi pareja, por suerte, ya había aprendido de algunos errores y adquirido herramientas como identificar cuales son las habilidades financieras de cada quien. Esto nos ayudó a ir creando un sistema que nos funcionara a los dos e ir ajustando conforme nuestro estilo de vida iba cambiando. 

En este artículo te quiero compartir 3 métodos de finanzas compartidas (que personalmente he probado); que me gustó y que no me funcionó en un presupuesto compartido:

Estricto 50 / 50  ⚖️

Este fue el primer método de gastos compartidos que probé con mi roomie de la universidad, pagamos todo a michas…o eso intentamos. 

Cómo funciona: 

Dividimos a la mitad todos gastos comunes como: renta, servicios fijos como internet y limpieza, servicios variables como agua, gas y luz. Y cada quien aportaba exactamente la mitad. 

En nuestro caso, nos turnábamos cada mes la responsabilidad de los pagos, la que le tocara ser responsable tenía que asegurarse ese mes de recoger el dinero de la otra y pagarlo todo. 

La cosa se complicaba con los gastos variables como el super, cosas de limpieza para la casa, entre otros. Lo que intentábamos con estos gastos era llevar un registro muy detallado y tratar de “cuadrar la cuenta” al final del mes.

Qué me gustó: 

Como el ingreso de ambas partes era similar (éramos estudiambres) a las dos nos alcanzaba para más o menos el mismo estilo de vida, así que pagar a mitades hacía sentido además que nos daba una sensación de justicia y paz. 

No teníamos que ahorrar, ni teníamos otra responsabilidad en común más que la casa, así que eran pocos gastos que administrar. No teníamos que hacer cálculos complicados en el presupuesto, simplemente el gasto que llegaba se pagaba por la mitad. 

Qué puede ser complicado:

Para llevar este modelo es necesario estar de acuerdo en casi cada cosa, cuánto vamos a consumir de luz, qué marca de jabón para la ropa comprar y así un montón de otras decisiones. Además, al final del mes a pesar de tratar de pagar todo a la mitad, siempre teníamos que hacer cuentas porque pasa que alguien no trae efectivo o otro alguién aún no le depositan, así que como quiera había que arrastrar el lápiz un rato. 

La responsabilidad de ser la pagadora/administradora de la casa, a veces resultaba complicada, aquí los estilos de administración pueden ser motivo de conflicto, es importante asignar responsabilidad compartida pero aprovechando las habilidades con el dinero de cada persona. 
Otra complicación puede surgir cuando los ingresos son muy variables, en este caso puede resultar complicado que ambas partes mantengan el ritmo de los gastos, aquel que gana más puede tener un presupuesto más holgado y quien gana menos puede estar estresado por cubrir las necesidades básicas de la casa.

Dividido por tipo de gasto 💡

Este fue el primer método que implementamos mi novio y yo cuando nos mudamos juntos, nos hacía sentido y parecía sencillo de administrar.

Cómo funciona: 

Hicimos una lista de todos los gastos que correspondían a la casa y los repartimos considerando que se balanceaban los costos más o menos a la mitad para cada quien. 

La renta se dividió a la mitad, pero todo lo demás, se repartía por persona. Por ejemplo: él pagaba gastos de fin de semana, servicios variables como el gas, luz y agua, reparaciones y gustos culposos, mientras que yo pagaba los gastos fijos como internet, limpieza y el super.

Qué me gustó: 

Era más fácil darle seguimiento solo a los gastos que me tocaban a mí, que a toda la lista de pendientes de la casa. Cada quien tenía claro para qué le alcanzaba para cada cosa y podía poner límites más claros dentro de su presupuesto. 
Básicamente no teníamos que hacer cuentas nunca, los dos siempre hemos sido muy cumplidos con los pagos así que confiamos en que el otro se haría cargo de lo que le tocaba. 

Qué puede ser complicado:

Puede sentirse un poco injusto cuando los gastos se salen de lo esperado, por ejemplo de pronto el super se incrementó tremendamente porque nos tocó ¡pandemia por Covid! 🫣Por otro lado no contemplamos cosas a largo plazo como el ahorro, las vacaciones, metas financieras en pareja. Simplemente nos limitamos a mantener el estilo de vida para no moverle a nuestras categorías. 

También, resulta retador que no tienes visibilidad de todos los gastos que compartes, te enfocas solo en los que te tocan y pierdes un poco la imagen completa para hacer estrategias.

Proporcional a sus ingresos 👌

Este es el método que seguimos actualmente en casa para organizar nuestro presupuesto, tenemos ingresos diferentes y a veces variables, por lo que este es el sistema que mejor se alinea con nuestro estilo de vida.

Cómo funciona: 

Calculamos el ingreso total de los dos y de esta cifra sacamos el porcentaje que aporta cada uno. 

  • Ejemplo: 

Ingreso total fijo entre los dos =  $40,000 pesos

Ingreso persona 1 = $28,000 

Ingreso persona 2 = $12,000 

Calculamos el %: (Ingreso personal / Ingreso total) x 100

Entonces la persona 1 es responsable del 70% mientras que la persona 2 es responsable del 30%. 

Como segundo paso calculamos el total de gastos de la casa y los repartimos de acuerdo con el % de responsabilidad. 

  • Ejemplo: 

Gastos totales compartidos = 10,000 pesos. 

Siguiendo el ejemplo anterior, calculamos la contribución de cada quien: 

(Gasto total x % de ingreso) / 100

Contribución persona 1 = $7,000 (70%) 

Contribución persona 2 = $3,000 (30%)

Tercero, definimos metas financieras comunes y cuánto es la capacidad de ahorro que tenemos cada uno. Establecemos un ahorro para alcanzar estos objetivos en común utilizando la misma fórmula por porcentaje, siempre respetando la capacidad de ahorro de cada quien. 


Qué me gustó:

Este es el sistema que mejor me ha funcionado porque creo que crea un balance entre la capacidad de pago, gasto y ahorro de cada persona. Hay una responsabilidad compartida de ser administrados con los gastos ya que si el total baja, también disminuye la cifra para cada quien en proporción. 

Además, nos obliga a hablar de dinero y nos permite tener estrategias en conjunto, esto es una ventaja porque conectamos a un mayor nivel sobre nuestros sueños y también nuestras preocupaciones financieras. 

La persona que sea mejor administrador se encarga de llevar el presupuesto y el ahorro, la otra persona se compromete a tener el dinero listo siempre a principios del mes y estar al pendiente por cualquier eventualidad. La responsabilidad de los pagos se sigue dividiendo por categorías como nos funcione, pero el dinero siempre está disponible. Así cada quien juega un rol según sus habilidades. 

Qué puede ser complicado:

El presupuesto…trabajar ese primer excel y definir que entra como gasto común y que cosas no, puede ser un dolor de cabeza. Hay que tener mucha paciencia y confianza. 

Además, los ingresos variables a veces pueden desacomodar tu bello presupuesto, a nosotros lo que nos ha funcionado es siempre tomar de esos ingresos variables una cantidad para las metas financieras, lo demás la persona que lo generó decide en qué gastarlo 😎.

Existe la posibilidad de tener un sentimiento de desbalance y todo lo que esto conlleva. Algunas personas pueden considerar este sistema no tan justo, es una cuestión de percepción. Hay que poder ser muy abiertos, no solo con los números sino con las emociones, cómo nos hacen sentir estos acuerdos.

Estos son tres métodos de finanzas compartidas que yo he probado, pero no existe una fórmula mágica o una sola respuesta para la relación que llevamos con el dinero. Muchas veces los métodos se complementan o hay que ser flexibles en ciertos acontecimientos y seguir probando. Lo importante es mantener una comunicación honesta, compasiva y efectiva con quien sea que compartes esos gastos, para así poder lograr sus metas en común 👏

Artículos que te pueden gustar