En cuanto llega el verano para mí todo tiene un aroma a sal, amo la playa y por 20 años, antes de empezar a trabajar, el verano era significado de días eternos bajo el sol y fogatas en la noche.
Sin embargo, la vida adulta me ha llevado a vivir lejos del mar desde hace 10 años así que tengo que planear al menos una escapada al año que me permita seguir la tradición y eso significa gastos adicionales en mi presupuesto.
Para mí estas vacaciones son un “no negociable”, por lo que he aprendido a encontrar opciones que me permitan seguir viajando sin importar el tamaño de mis ingresos. Aquí te comparto parte de mis aprendizajes:
1. ¡Haz un plan!
Aunque ser espontáneo es muy divertido, normalmente sale más caro. Crea un plan con al menos 6 meses de anticipación (lo ideal sería 1 año), responde a dónde quieres ir, por cuánto tiempo y aproximadamente en qué fechas. Así podrás tener en mente cuánto dinero necesitas tener disponible y ponerlo en tu presupuesto como una meta de ahorro.
Si tienes prestaciones adicionales en tu trabajo (bono anual, fondo de ahorro, aguinaldo) puedes tomar esta cifra como base para darle un presupuesto a tus vacaciones, sino te recomiendo crear un ahorro programado o una cuenta de inversión que paulatinamente te ayude a llegar a la cifra con la que podrás pagar tus vacaciones.
2. Sé realista y abre tus posibilidades
Tal vez este año el crucero por el caribe se sale del presupuesto, pero seguro existen opciones para viajar a otros lugares que también pueden convertirse en una aventura increíble, dentro de tu presupuesto. Revisa pueblos mágicos cerca de tu ciudad, para los destinos de playa busca opciones no tan populares como las playas de Oaxaca o Nayarit. Tomate el tiempo de investigar diferentes destinos según lo que te interese conocer.
En caso de que el destino seleccionado sea Cancún, Los Cabos o este tipo de centros ultra turísticos, busca fechas en temporada baja (septiembre-marzo), aléjate del verano ya que se incrementan muchísimo los precios.
3. Aprovecha la deuda a tu favor
En un curso de Clara dieron el consejo: nunca pagues vacaciones y regreses a seguir pagando deuda. Es decir, asegúrate que para la fecha en que te irás de viaje ya esté todo pagado.
Por ejemplo, si agarraste una promo de meses sin intereses un año antes de tu viaje mientras estás pagando tienes la motivación de estar pensando en la experiencia y para cuando estás en el destino te sientes relajada y libre de deuda. Por el contrario, si pasaste la tarjeta de crédito en el último momento y cuando regresas te enfrentas a una cuenta enorme con intereses, probablemente el recuerdo del viaje se vea empañado por el estrés de tener que seguir pagando. Puedes comprar tus vacaciones a plazos, pero siempre procura que cuando estés en la playa disfrutando ya no tengas deudas pendientes.
4. Hackea a las aerolíneas
El precio de los vuelos no para de subir, pero hay algunos trucos para vencer al sistema:
- Revisa todas las páginas de ofertas que aparecen pero siempre compara directamente con la página de la aerolínea
- Evita volar en viernes o en domingo, busca vuelos entre semana
- Escoge horarios extremos, muy tarde o muy temprano, estos vuelos siempre tienen descuentos
- Viaja ligero, lleva la menor cantidad de equipaje que puedas y si de verdad necesitas documentar comparte con alguien una sola maleta documentada
- No le tengas miedo a las conexiones, es cansado pero te puedes ahorrar dinero en el precio del boleto y con suerte alcanzas a ver una ciudad extra
5. Considera en el presupuesto el dinero para emergencias
Lo último que queremos es pasar un momento de emergencia en las vacaciones que deberían ser algo relajante y divertido, pero es aún peor cuando sucede la emergencia y no estamos preparados.
Asegúrate de llevar un pequeño extra a los gastos del viaje, por si pierden un traslado, por si sucede un accidente o, en el mejor de los casos, por si se les atraviesa el souvenir más perfecto que hayan visto y NECESITAN comprarlo, siempre es buena idea tener un poco más de efectivo para no tener que endeudarse.
En lo personal, para mí la emoción de viajar empieza desde que pongo ese apartado en mi presupuesto al inicio del año, he aprendido a disfrutar mucho el proceso de ahorro y planeación, además de que he descubierto ofertas irreales.