Redes sociales vemos, deudas no sabemos

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Cuántas veces, mientras escroleas, te han invadido pensamientos como: «Ojalá yo también pudiera viajar constantemente». «Si tan solo tuviera esa supercafetera último modelo, mis mañanas serían mejores». «¿Qué se sentirá cambiar de outfit más de una vez al día?». 

No es casualidad que te hagas este tipo de preguntas. La verdad es que puede ser complicado recordar que lo que ves en redes sociales está cuidadosamente seleccionado para mostrar vidas perfectas. Donde el consumo, de forma sutil y casi imperceptible, despierta estas inquietudes sin considerar las consecuencias que pueden tener en tu vida. 

Pero no te preocupes porque hoy vamos a compartir contigo todo sobre los factores que influyen en tus hábitos de compra y cómo manejar los gastos emocionales asociados a lo que ves en las redes sociales.

Gastos emocionales, ¿qué son?

Los gastos emocionales derivados de las redes sociales son aquellos en los que te ves influenciada por las emociones que surgen al interactuar con plataformas como Instagram, TikTok y otras similares. En las que tus amigas, celebridades o influencers muestran un estilo de vida aspiracional con productos, o servicios, que prometen mejorar tu vida de alguna manera.

Aquí lo interesante es que emociones como la envidia, la gratificación instantánea o el deseo de pertenecer pueden llevarte a realizar compras sin pensar en tu situación financiera real, lo que resulta casi siempre en gastos excesivos, endeudamiento o arrepentimiento posterior. 

¿Es posible entonces aprender a discernir entre una compra motivada por la presión de una compra verdaderamente necesaria? La respuesta es sí, el primer paso es detectar las distintas formas en que estas influencias pueden llevarte a gastar de manera innecesaria.

5 factores de influencia que dirigen tu consumo

Desde la presión social hasta las estrategias publicitarias personalizadas, existe una amplia gama de factores que influyen en tus elecciones de compra en estas plataformas. En este análisis, exploraremos cómo estos factores impactan y orientan tu comportamiento de consumo.

  1. Presión social
    En el contexto de consumo, puede manifestarse como un sentimiento de necesidad de adquirir ciertos productos o servicios para encajar o mantener una imagen socialmente aceptada.

    Ejemplo:
    Si ves a tu grupo de amigos publicando fotos de sus vacaciones en resorts de lujo, es posible que sientas la necesidad de planear un viaje costoso para no quedarte atrás.
  2. Publicidad dirigida
    Las plataformas utilizan algoritmos sofisticados para rastrear tus intereses, comportamientos de navegación y datos demográficos. Esto les permite mostrarte anuncios específicos que se ajustan a tus preferencias y necesidades.

    Ejemplo:
    Si has estado buscando recetas de comida saludable en línea, es probable que empieces a ver anuncios de la nueva freidora de aire, u otros productos relacionados con la cocina saludable en tu feed.
     
  3. Comparación constante (aka FOMO)
    Al ver las publicaciones de otras personas que muestran sus logros, posesiones materiales o experiencias emocionantes, es natural que compares tu propia vida con la de ellos. Este proceso puede generarte un sentimiento de insuficiencia o la sensación de que estás perdiéndote de algo, llevándote a comprar productos o servicios para satisfacer un anhelo de pertenencia.

    Ejemplo:
    La constante exposición a prendas de alta gama puede generar en ti el impulso de considerar comprar ropa similar para igualar o superar lo que ves en línea.
  4. Influencers y recomendaciones de producto
    Los influencers ejercen un impacto considerable en las decisiones de compra de su audiencia. Por ello, cuando recomiendan un producto o servicio en sus publicaciones patrocinadas, tú, como seguidora, tiendes a confiar en su opinión y es posible que te sientas inclinada a adquirir lo que están promocionando.

    Ejemplo:
    Si una influencer recomienda un producto de belleza para el cuidado de la piel, es posible que te sientas motivada a comprarlo para lograr una piel similar a la que ella muestra, sin tener en cuenta que el resultado puede no ser el mismo para ti.
  5. Opciones de compra directa o financiamiento
    Las redes sociales te ofrecen la facilidad de comprar productos directamente desde la plataforma o de acceder a opciones de financiamiento como «compra ahora y paga después».

    Ejemplo:
    Puedes encontrar unos aretes que te encanten y comprarlos al instante desde la aplicación. Sin embargo, esta conveniencia puede ser peligrosa, ya que te permite gastar más de lo previsto y, en el caso del financiamiento, podría llevarte a acumular deudas mayores de lo esperado, comprometiendo así tu estabilidad financiera a largo plazo.

¿Cómo gestionar los gastos emocionales?

Ahora que tienes el conocimiento de los factores y emociones que pueden llevarte a gastar más de lo que tienes, es crucial que consideres medidas conscientes y proactivas para manejar tu dinero de manera efectiva. A continuación te ofrecemos algunas sugerencias para lograrlo.

  • Hazlo con conciencia y autoevaluación
    Reconoce tus emociones y cómo influyen en tus decisiones de compra. Hazte preguntas como, ¿realmente necesito esto o solo quiero seguir el ejemplo de alguien más? ¿Me sentiré satisfecha después de comprar esto?
  • Establece un presupuesto
    Define límites claros para tus gastos y comprométete a respetarlos. Esto te ayudará a evitar gastos impulsivos y a mantener el control sobre tus finanzas.
  • Cultiva un estilo de vida consciente
    En lugar de compararte constantemente con los demás, enfócate en tus propias metas y valores. Practica la gratitud por lo que tienes en lugar de enfocarte en lo que te falta.
  • Desintoxica tu feed
    Si encuentras que ciertas cuentas o publicaciones desencadenan emociones negativas o te incitan a gastar de manera irresponsable, considera dejar de seguir o limitar tu tiempo en las redes sociales.
  • Pide ayuda
    Recuerda que puedes hablar con tu red de apoyo (amigos, familia o terapeuta) sobre tus hábitos de compra y tus desafíos emocionales. En ocasiones, compartir tus preocupaciones puede ayudarte a encontrar soluciones o a sentirte acompañada en el proceso.

Al final del día, gestionar tu dinero de manera responsable implica mucho más que solo controlar tus gastos. Se trata de entender tus motivaciones y emociones, y de tomar decisiones conscientes que estén alineadas con tus valores y tus metas financieras. Recuerda, cada pequeño cambio que hagas suma en el camino hacia tu estabilidad económica y tu bienestar emocional. 

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