¿Cuántas veces les han recomendado tener un ahorro de emergencias para sentirse “tranquilas”? Estoy segura que muchas veces al igual que a mí.
Para mí, la estabilidad emocional representa una parte importante de mi vida y, muchas veces, el dinero ha sido parte fundamental para sentirme bien y en paz.
Quiero contar una experiencia que viví y algunos aprendizajes que me dejó para que entiendan mejor a lo que me refiero.
Hace un año me ofrecieron un trabajo en el sector público, un ámbito que profesionalmente no había explorado. Propuesta económica atractiva, prestaciones y servicios interesantes, ampliar mi experiencia profesional y sobre todo, mejorar mis ingresos y tener mayor estabilidad financiera, por consecuencia, emocional también ¿no?
Estuve trabajando durante 8 meses en ese lugar. Desde que entré me sentí incómoda y fuera de lugar, siempre se invalidaban mis opiniones y mi conocimiento. Tenía que cumplir un contrato que había firmado y traté de aguantar porque no tenía otro trabajo en puerta y renunciar sin tener un colchón no era opción.
Durante este tiempo me puse a revisar mis aplicaciones de bancos en donde tenía la nómina y las tarjetas de crédito, me di cuenta que la mayoría de mis ingresos se estaban yendo a masajes descontracturantes, medicamentos, dermatólogos, gastroenterólogos y más sesiones de lo normal con mi psicóloga de cabecera, todo por la presión que estaba provocando ese trabajo.
Me puse a evaluar mi situación:
¿Cuánto de mis ingresos se estaban yendo a egresos fijos médicos y cuánto a un ahorro de emergencia? 😨
Me di cuenta que no daba para más y que no podía estar destinando más dinero en especialistas por temas físicos y emocionales que ocasionaba mi trabajo y que tenía que hacer algo al respecto.
Siempre fui bastante organizada con mis gastos y al volver a revisar mi ahorro de emergencia me di cuenta que tenía lo suficiente para renunciar y vivir unos meses cómodamente.
Tomé la decisión de salir de ese lugar y no pude sentirme más tranquila al saber que ya no tenía que ir a un trabajo donde me pagaban por no sentirme bien.
Pasaron casi 2 meses cuando me di cuenta que no había un refill de ahorro de emergencia jajaja 🫠 y que tenía que hacer algo ¡ya! Porque admito que te da bastante confianza tener un ahorro pero también una incertidumbre tremenda no tener un ingreso, porque aunque lo organices al 100, esa lana se va a acabar.
Me di cuenta que ya estaba lista para emprender un nuevo camino, busqué un trabajo y, por suerte, lo conseguí. Con esta experiencia me di cuenta de la importancia de valorar mi salud emocional sobre el money, aunque qué chido cuando se dan las dos.
3 aprendizajes que me dejó todo esto:
- Ningún trabajo, ningún sueldo, vale sacrificar tu salud mental
- El ahorro de emergencias da paz pero no es eterno. Y aunque lo tengas no te garantiza tranquilidad al 100, pero es mejor tener aunque sea un porcentaje a no tener, así que ¡AHORRA!
- Nunca es tarde para comenzar, explora tu libertad financiera, te va a gustar 😉