Finanzas en pareja
¿Qué vas a hacer? ¿vas a seguir rentando? ¿te vas a regresar con tus papás? miles de cuestionamientos me invadieron, sobretodo pasó por mi mente: Si te independizas, ¿serás capaz de hacerte cargo de todo?
Cuando me casé una de las primeras cosas que hice fue hablar con mi pareja sobre el dinero.
Como mis cuentas estaban en cero después de pagar la fiesta, “establecimos” como rol que él se haría cargo de los gastos de la casa (renta, servicios, despensa) mientras yo me “alivianaba” y me hacía de un ahorro para emergencias.
Al inicio debo admitir que se me hizo fácil establecer la rutina de esa forma porque me dedicaba sólo a “juntar dinerito”, sin embargo no me di cuenta que el momento de independencia que yo quería vivir (y que sabía era importante) se iba alejando de mi vida por no hacerme cargo desde un inicio de estas cuentas.
Al paso del tiempo ya no me sentía tan cómoda con este rol, porque en ocasiones sentía como si nunca hubiera salido de casa de mis papás… Al platicar con mi entonces esposo sobre establecer un porcentaje con el que yo pudiera aportar en servicios o renta, él me insistió en que no era necesario, que yo siguiera ahorrando, ahora ya no para un fondo de emergencias, ahora para poder comprar nuestra propia casa.
Durante nuestra relación ambos nos dedicamos a ahorrar e incluso logramos comprar dos carros del año sin descapitalizarnos, claro, uno a crédito y otro de contado (esto también me dejó una experiencia, pero se las cuento después).
Al paso de unos meses, de pronto (así de la nada) él me pidió el divorcio y todo se me vino abajo…
Myriam, ¿qué vas a hacer? ¿vas a seguir rentando? ¿te vas a regresar con tus papás? estos y miles de cuestionamientos más me invadieron, recuerdo que hasta pasó por mi mente lo siguiente: “si te independizas, ¿serás capaz de hacerte cargo de todo?”
Después de pensar y pensar, me puse a trabajar: saqué literal una libreta, los recibos de los servicios y comencé a apuntar cuánto salía de cada uno, si se pagaba de manera mensual o bimestral y comencé a hacer un presupuesto, así en libreta… ¡Y me di cuenta que si podía! que siempre pude pero por la comodidad en la que viví no me había dado cuenta de ello.
Cada experiencia que vivimos nos deja algo de aprendizaje, a mí el divorcio me dejo lo siguiente:
- No dependas mental ni económicamente de alguien (yo sé, ya estamos en pleno siglo XXI y pensamos que no pasa, pero sí, sigue pasando, a veces sin darnos cuenta).
- Si ya tienes un presupuesto propio y te llegas a casar o te mudas con alguien, siempre procura establecer un presupuesto de pareja también, ¡te hará un parote!
- Siempre sé parte de lo que pasa en casa, cuánto se gasta, qué tenemos contratado, cuánto cuestan las cosas etc, para que estas situaciones no te caigan peor de lo que caen.
- Ten un ahorro de emergencia, el tener ese ahorro a mi me sirvió para sentirme segura ante la situación difícil por la que estaba pasando.
Esta experiencia me llevó a ser más independiente y a ver qué situaciones ya no estaría dispuesta a repetir.
Los temas de dinero son pláticas incómodas y sí, pero como dicen “para tener relaciones buenas y duraderas hay que tener conversaciones incómodas” y esto aplica para todo, relaciones, amigos, familia y dinero.