Me quiere, no me quiere: Cómo llevarte bien con tu dinero siendo freelance

Emprendimiento
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Ser freelance es un sueño. Abrir los ojos  y recordar que puedes trabajar en pijama y tomarte el tiempo que quieras con una taza de café es increíble… hasta que llega la hora de pagar las cuentas

Y aunque tal vez no sea tu tema favorito la única forma de llevarte bien con tu dinero es acercarte a él más que nunca

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Ser freelance es un sueño.

Abrir los ojos  y recordar que puedes trabajar en pijama y tomarte el tiempo que quieras con una taza de café es increíble… hasta que llega la hora de pagar las cuentas y descubres que no tienes idea de a dónde se fue tu dinero –o si alguna vez llegó a ti.

Y aunque tal vez no sea tu tema favorito –a menos de que seas contadora freelance, en cuyo caso por favor llámame–la única forma de llevarte bien con tu dinero es acercarte a él más que nunca, y casi seguramente más de lo que te sientes cómoda. 

Como muchas mujeres, crecí con la idea de que ser buena en matemáticas y hacerme cargo de las finanzas era poco femenino.

Nunca me lo dijeron con esas palabras, pero la idea que permeó fue que sí tendría un esposo, ¿para qué necesitaba saber eso? Así, más o menos inconscientemente rechacé mi inclinación por los números para enfocarme en un área creativa, donde “mi feminidad” podría florecer al máximo.

Años después… ¡sorpresa! Resulta que para “florecer” como pensaba necesito dominar un tema del que sabía muy poco, y cuando comienzo a hacerlo me doy cuenta de que de repente me siento bien, poderosa y  con las riendas de mi vida en las manos. Ahora, no solo necesito tener mis finanzas bajo control; ahora quiero hacerlo. 

Si tu historia es parecida, no estás sola.

Un estudio en Northwestern University reveló que las mujeres consistentemente se autoevalúan peor que los hombres en cuanto a conocimiento financiero, con 45 por ciento queriendo mejorar sus habilidades. Esto, como mínimo, sugiere que los hombres se sienten más seguros que nosotras cuando una hoja de Excel aparece en sus pantallas.

Y aunque confieso, mis estados de cuenta no me dejarán mentir, que estoy lejos del nivel de disciplina que quisiera, en mi tiempo como freelance he aprendido tres cosas que te pueden ayudar a disfrutar de todos los beneficios de trabajar por tu cuenta sin enloquecer cada mes.

1. Aprende a facturar y toma un curso básico de contabilidad e impuestos

El SAT no es tu enemigo; registrarte como persona física en el régimen que más te convenga te permitirá facturar, lo que eventualmente te llevará a tener clientes más grandes. Aún si quieres llevar tu contabilidad por ti misma, recomiendo que te acerques a un contador para que te dé un curso básico y te ayude a definir qué te conviene, o como mínimo que veas todos los videos de YouTube sobre el tema. 

Preguntar no tiene nada de malo, y será una inversión pequeña que eventualmente te ahorrará muchos dolores de cabeza (y multas potenciales). 

2. Sé organizada al punto de la obsesión, por lo menos al principio

El primer shock de la vida freelance es que tu mundo se volverá un caos: trabajos que haces hoy pueden ser pagados a 30, 60 o hasta 90 días, tendrás que perseguir a algunos clientes y en general tus ingresos y trabajos podrán llegar o no llegar… y casi nunca sabrás qué está pasando.

Para tener todo claro, crea un sistema (lo más sencillo es usar Sheets, para poder ver tu información desde donde estés) en la que reflejes TODO lo que pasa en tu negocio: trabajo realizado, facturado, cobrado o pospuesto. Así sabrás exactamente cuánto debes de impuestos y qué tan constantes están siendo tus ingresos, podrás hacer planes y sentirte tranquila.

3. Separa tus gastos personales de los profesionales.

Es muy importante que tengas dos cuentas bancarias: una para tus movimientos personales y otra para los profesionales. Las ganancias de tu trabajo que puedas destinar a ti misma terminarían en la primera, y lo que vayas a reinvertir o separes para pagar facturas o impuestos se quedaría en la segunda. 

Para tenerlo aún más claro –recuerda: sé obsesiva– usa una aplicación para registrar tus gastos. Mi recomendación personal es Wally, que está disponible para iOS y Android y es súper simple. Hacer esto te va a ayudar a tener clarísimo a dónde se fue el dinero por el que tanto trabajaste, y a identificar si hay lugares donde puedas hacer ajustes para equilibrar tus finanzas un poco más. 

La transición de empleada de una empresa que disfrutaba de sus quincenas como nadie a trabajadora independiente desesperada y desorientada no ha sido nada fácil, pero si estás dispuesta a tomar el reto prometo que estos tres pasos te pueden ayudar a hacerlo un poquito más sencillo… y definitivamente serás más feliz en la relación con tu dinero. 

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