Llevo desde que empecé a colaborar con Banregio con este artículo en la lista de tareas y me había logrado escapar de él…
bueno, mas bien llevaba años escapando del tema porque soy creativa de profesión y tengo la excusa de que “los creativos no nos llevamos con el dinero”.
Cuando tenía 25 años mi relación con el dinero era bastante más sana; tenía un presupuesto, monitoreaba mis ingresos, gastos, ahorros y cuentas cada quincena. Lo que gastaba y ahorraba me lo dictaba un perfecto y formulado Excel al que yo religiosamente hacía caso.
Entre los 22 y 27 era un godín afortunado que contaba con un sueldo fijo. Mi sueldo, un excel y una clara visión de lo que quería “ser de grande” fue con lo que me compre mi primer carro a los 23 y una pequeña casa a los 27.
Pero luego me volví “independiente”…
A los 33 terminó mi estable y sana relación con el dinero; Me salí de trabajar formalmente y me convertí en freelance.
Los primeros meses de independencia fueron de incertidumbre total… no tenía idea de cuándo, ni tampoco muy bien de cómo iba a recibir mi próximo ingreso. Pero gracias a mi excel godín tenía lo suficiente para vivir cómoda un año, así que concentré toda mi energía en ver cómo iba a entrar a esta segunda etapa.
Para mi sorpresa, el que me quedara sin ingresos fue mucho más temporal que cualquiera de mis miedos… en menos de 8 semanas ya estaba cobrando mi primer factura, y para no hacerte el cuento largo, a los 3 meses estaba ganando lo mismo que mi sueldo sin impuestos.
Esto me dio una gran seguridad. Me hizo darme cuenta que de hambre no me iba a morir y que con lo que traigo en la mochila puedo hacer lo suficiente para ganarme el pan de cada día y darme una que otra chiflazón.
Pero cuando estás pensando en sobrevivir, planear no está en la jugada.
El camino hacia la independencia financiera.
En mis 20s tenía muy claro que a los 40 no quería depender de nadie… no conocía el término de independencia financiera pero eso era exactamente lo que quería; ser dueña y responsable de mis actividades, tiempo e ingresos.
Hoy en mis 40s te puedo decir que tengo exactamente eso. Sin embargo, financieramente soy mucho más inmadura que a los 25. La incertidumbre de no saber exactamente mis ingresos hizo que me alejara del excel y que le pidiera ayuda a la única persona que confío con mi dinero; mi papá.
El que tuviera un apoyo de tanta confianza hizo que me concentrara en inventar lo que sea que fuera que estaba haciendo y mi papá lo hizo tan bien que no había necesidad de meterme en el tema… pero creo que abusé.
Le hablo para pedirle mi saldo, para que pague mi tarjeta, para que haga la transferencia al proveedor. Mi dinero paga mi casa, servicios, seguros pero no sé exactamente cuánto a cada uno ni con qué frecuencia. El perfecto excel de mis 20s se redujo simplemente a gastarme lo que quedaba…. Y eso no está bien.
Hola, me llamo Brenda y necesito educación financiera
Retomé el camino de salud financiera y mi primer paso fue dar de alta mi banca electrónica… parece una tontería pero ese primer pasito me ha ayudado a estar más consciente de mis finanzas, a reconocer mis gastos hormiga y finalmente a darme cuenta que había dejado demasiado tiempo pasar con los ojos cerrados siendo tan fácil quitar los miedos a través de conocimiento y el poder compartir con quienes van por el mismo camino que tú.
No tengo nada resuelto, pero no me detengo y por lo pronto te comparto mi camino con la intención de que haga el tuyo más liviano …
Gracias por leerme,
B.